❎⏹️🟣 UN LABOR DE AMOR
“FUENTES”
Primero vi la influencia del anime japonés en América Latina cuando estudié en la Ciudad de México. Como fanática a mi misma, ya estaba a la búsqueda, pero no fue difícil encontrarla. En cada esquina y en cada mercado, los puestos vendían revistas de manga, DVDs de anime, a veces incluso piezas de cosplay (disfraces) para personajes de anime. No había una, sino dos tiendas de cómics en la calle en la que me quedé. ¡El cielo de los otakus!Como es cierto en los Estados Unidos, también noté una interesante ética DIY en la escena del anime mexicano. Mucha de la "industria" parecía pertenecer a los aficionados, a la gente normal, en lugar de a las grandes corporaciones. Para este proyecto, analicé este fenómeno más y descubrí que ha sido el caso desde el principio, hasta el hecho de que tanto anime es accesible para el público de habla hispana. Hoy, pero especialmente en los años 90 y 2000, gran parte de la importación de anime a América Latina, además de su traducción y subtitulación/doblaje al español, fue realizada por entusiastas aficionados puramente por amor a la forma. Exploro este fenómeno aquí.
El anime se importó a América Latina en parte debido a la falta de financiación para el contenido original allí, en particular para el "mercado secundario" de mujeres y niños. Ya marginado por su demografía de género y edad, la estética y los temas del anime hicieron que su base de fans fuera muy niche. La animación y las historietas japonesas inspiran una subcultura influyente en América Latina. En México, el término para un fan superdedicado del anime es friki (freak), similar a las palabras otaku y weeaboo en los EE. UU..La importación del anime no siempre tuvo estándares fantásticos para sus prácticas de selección y adaptación. Esto, junto con la falta de acceso a fuentes oficiales, llevó a que una gran cantidad de contenido fuera importado, traducido y distribuido no por grandes corporaciones sino por aficionados. La llegada del Internet hizo que este trabajo fuera exponencialmente más fácil al permitir una difusión de obras extranjeras ilegal/no profesional más fluida, junto con y el cultivo de espacios de fans. Uno de los fenómenos que surgieron de este nuevo ambiente fue la creación de fansubs y fandubs.
Las fantraducciones son anime y manga que han sido traducidos y subtitulados o doblados por aficionados expertos. Este trabajo generalmente lo llevan a cabo grupos sin fines de lucro y se distribuye gratuitamente a las audiencias. Aunque las palabras fansub y fandub se usan típicamente para hablar sobre traducciones de anime y manga, este tipo de trabajo no es exclusivo de esos medios. Se ha hecho un trabajo similar para los dramas asiáticos y para las series en inglés antes de que fueran importadas a España, como la sitcom británica The IT Crowd (Martínez García 2010).Sin embargo, el anime y el manga japonés dominan el panorama de fantraducción en línea. Existen muchas de calidad variable, en sitios como YouTube y en blogs personales. Usualmente están hechas para obras sin licencia que no han sido traducidas oficialmente al español. Hace unas décadas, antes de que la distribución oficial de anime en todos los países se volviera mucho más común, estas producciones de fanáticos eran aún más populares.He notado más el fenómeno de las fantraducciones en español que en inglés, quizás porque las obras extranjeras dan preferencia a la traducción al inglés. Dicho esto, especialmente antes y justo al comienzo de la distribución del anime en los EE. UU., las traducciones al inglés amateur tampoco eran infrecuentes allí.Parte de esta demanda de traducciones de aficionados se debió a la intromisión excesiva de fuentes oficiales. Hubo una idea durante bastante tiempo de que los estadounidenses no aceptarían los medios japoneses a menos que fueran editados para ser "americanizados", lo que incluía la anglicanización de los nombres japoneses; el reemplazo o la eliminación de elementos japoneses como la comida, las ubicaciones y los honoríficos en el habla; y la censura de temas más “adultos” como la sexualidad, la violencia y los personajes/relaciones LGBT (Pérez-González). Si bien este tipo de censura/alteración ocurría ocasionalmente en el anime distribuido en América Latina, no era tan común. Por lo tanto, las motivaciones para la distribución de anime amateur allí probablemente eran diferentes (Marie Calderon).HISTORIA DE LAS FANTRADUCCIONES
Los grupos de fantraducciones comenzaron a aparecer en los EE. UU. en los años 80. Durante ese tiempo, pocas series estaban disponibles fuera de Japón, por lo que algunos fans del anime con conocimiento del idioma japonés hicieron sus propias cintas VHS caseras con subtítulos. Estos se vendieron ilegalmente en las asambleas de fanáticos, como convenciones, y en algunas tiendas de historietas.Fantraducciones en el mundo hispanohablante comenzaron en América Latina, principalmente en México, Argentina y Chile, y luego se extendieron a España. Las fantraducciones explotaron en popularidad a mediados de los años 90, cuando el Internet y el software de computadora barato hicieron que el proceso técnico de traducción, así como la distribución, fuera mucho más fácil y accesible (Martínez García 2010).TÉRMINOS RELEVANTESIntermediarios culturales- personas que no sólo consumen, sino también promueven, el anime en sus mercados locales (algunos de los cuales eventualmente trabajan en la industria oficial). Su estatus como miembros de la comunidad para la que traducen y fans de las obras sí mismos, les hace especialmente familiarizados con las necesidades y preferencias de su público objetivo (Pérez-González 2007)Cultura participativa- término acuñado por Henry Jenkins que describe nuestra cultura moderna de medios en que consumidores no son simplemente pasivos, pero actúan como contribuyentes, productores y partícipes
Según Eva María Martínez García en su ensayo “Los Fansubs: el Caso de Traducciones (No Tan) Amateur,” a pesar de ser una actividad en la que se participa por placer y sin ánimo de lucro, algunos de estos grupos de fantraduccion exigen un alto nivel de calidad a los miembros aspirantes.Fiel a esta declaración, el proceso técnico para crear una fantraducción a menudo puede ser bastante complicado (aunque, por supuesto, depende de su nivel de calidad).Puede tomar más o menos pasos dependiendo del nivel de profundidad del proyecto, pero en general, el proceso de creación de una fantraducción, esta vez describiré específicamente un fansub, es el siguiente:1) La provisión del raw- el grupo obtiene la fuente original sin traducir, llamada raw (del inglés raw para crudo) desde una fuente de VHS, DVD o TV. El raw estará en japonés o inglés. Esto último se debe a menudo a que los EE. UU. generalmente recibe la distribución de anime primer , y más hispanohablantes entienden inglés que japonés.2)La traducción- el proceso de traducción para muchas fantraducciones puede ser un poco como un juego de teléfono. El contenido original, claro, estará en japonés, pero el traductor al español a menudo hará referencia a la traducción al inglés. Así la versión final en español quedará a dos pasos del lenguaje original (LO) (Martínez García 2010).3)Edición- limpieza de la traducción para que suene más natural en el nuevo idioma. Puede ser un paso clave si la traducción original fue realizada por un hablante no nativo del idioma de destino.4)Temporización- determinan los tiempos de entrada y salida de los subtítulos para que la fluidez del audio no se sacrifique por la legibilidad o viceversa. Algunos programas utilizados para esta tarea son Sub Station Alpha, Aegisub, Sabbu y JacoSub.5)Composición tipográfica y la codificación- se eligen fuentes y estilos para los subtítulos, luego se usa un programa de codificación para colocar los subtítulos sobre el original (Díaz Cintas & Muñoz 2006).
Aunque muchas son de alta calidad, fantraducciónes generalmente son creadas por gente regular y no profesional.Entonces, hay elementos únicos que aparecen con frecuencia y que pueden agregar o desmerecer su encanto, dependiendo de opinión personal.Incluyen:Traducción de canciones de apertura y cierre
Si se hace, hay diferentes prácticas estándar para traducir las canciones de apertura y cierre de un anime en un fansub. Una es poner solo la traducción de las letras en los subtítulos. Otro incluye los caracteres japoneses originales en la parte superior y la traducción en la parte inferior. En la versión más intensiva, aparecen los caracteres japoneses, su ortografía en romaji, y la letra traducida, a modo de karaoke.

Debido a la falta de supervisión de la industria, las fantraducciones tienen libertad estética para jugar con sus traducciones, lo que resulta en algunos estilos visuales únicos.Subtítulos con colores y fuentes únicos
No existe un estándar industrial de fuente, margen o longitud en las obras de aficionados. Era común ver subtítulos hechos en fuentes y colores únicos que nunca serían aceptables en una producción oficial.Crédito de imágen: (Díaz Cintas & Muñoz 2006)Diferentes personajes asignados colores diferentes
Yendo aún más allá con lo anterior, algunos creadores utilizan subtítulos como dispositivo de comunicación para mostrar a la audiencia qué personaje está hablando. A veces, diferentes personajes hablarán en diferentes fuentes, que coinciden con sus personalidades.En este ejemplo, hay dos personajes hablando al mismo tiempo. Los subtítulos usan texto de diferentes colores para distinguirlas.Crédito de imágen: (Liew 2018)

La suplantación de traducciones
Algunas fantraducciones de alta calidad no solo proveen una traducción de lo que dice el texto en la pantalla, sino una suplantación en la imagen también que mantiene el estilo de la imagen original.Crédito de las imágenes: (Martínez García 2010)


Notas explicativas de la cultura japonesa
Para navegar la dificultad de que ciertas líneas sean confusas para audiencias no japonés, algunas traducciones incluirán una nota en la pantalla que explica a qué se refieren los personajes.En este ejemplo, una nota en la pantalla explica la referencia a la ubicación japonesa Atami en el diálogo.

Traducciones de inglés (no japonés) y errores de traducción
Muchas fansubs y fandubs de verdad no son traducidas del japonés originalmente, son traducidas de la versión inglés. Entonces, esto puede resultar en errores interesantes que demuestran este hecho.En este ejemplo, los subtítulos han traducido el inglés “heads or tails” como “cabezas o colas” en vez de el verdadero equivalente en español, “cara o cruz.”Crédito de imágen: (Díaz Cintas & Muñoz 2006)

Notas no diegéticas que llaman la atención al estatus de la obra como creación aficionada
En este ejemplo, esta página de créditos también incluye un mensaje personal: “Miami Mike- Recuerdo lo que me hiciste en DragonCon.”Crédito de imágen: Anime News Network

A principios de los años 90, se crearon muchos fansubs con la intención de popularizar ciertas series y películas en los países de los subtituladores, hacer que las obras menores estén más disponibles para los que no hablan japonés, y crear una versión subtitulada o doblada en un idioma donde solo una versión oficial existió. Hubo un acuerdo con la mayoría de los grupos de fantraducción de que si la obra comenzaba a distribuirse legalmente, los grupos se detendrían su trabajo.Como tal, hubo pocas confrontaciones legales de derechos de autor, quizás porque los grupos de fantraducción generalmente no estaban interrumpiendo ningún mercado preexistente. Más bien, proporcionaron promoción gratuita a un mercado extranjero. Sin embargo, mientras que estos grupos proliferaron y prosperaron en años posteriores en el Internet, los titulares japoneses de derechos de autor comenzaron a tomar más medidas contra ellos.En un caso en 2009, la compañía de distribución (oficial) de anime estadounidense FUNimation emprendió acciones legales contra un grupo de fantraducción Shinsen-subs, obligándolos a desistir de subtitular el anime Romeo x Juliet de Gonzo por solicitud del autor del manga. Los sitios de web que eran anfitriones comunes de fansubs, como YouTube, comenzaron a implementar fuertes leyes de protección de los derechos de autor, lo que obligó a algunos usuarios a abandonar la plataforma y a otros a alterar los videos para intentar evitar ser eliminados (Martínez García 2010).
FUENTESDíaz Cintas, J. & Muñoz, P. (2006). Fansubs: Audiovisual translation in an amateur environment. The Journal of Specialised Translation, 6, 37-52. Recuperado el 16 de julio de 2012 de http://www.jostrans.org/issue06/issue06_toc.phpEcheverría Arriagada, Carlos I.. “La subtitulación aficionada de animación japonesa: una aproximación intertextual.” Comunicación y sociedad, no. 22, pp. 103-136. 2014.Ferrer Simó, M. R.. “Fansubs y scanlations: la influencia del aficionado en los criterios profesionales.” Puentes, no. 6, pp. 27-44. 2005.Jenkins, Henry. Textual Poachers : Television Fans and Participatory Culture. Updated 20th anniversary ed.., 2013.Liew, Zhe Rong. “Understanding Fansub as One of the Audiovisual Translation Method.” (2018).Marie Calderon, Cristal. “Why Anime in Latin America Was... Different (and Better).” YouTube, Channel Frederator, 20 Sept. 2019, https://www.youtube.com/watch?v=Vev5Gp2skhI.Martínez García, Eva María. “Los Fansubs: el Caso de Traducciones (No Tan) Amateur.” Revista Electrónica De Estudios Filológicos, 2010.Pérez-González, L. (2007a). Fansubbing anime: Insights into the "butterfly effect" of globalisation on audiovisual translation. Perspectives: Studies in Translatology, 14(4), 260-277.Peláez Mazariegos, Edgar Santiago. “‘If No One Else Will Bring It, I'll Do It Myself’...” Dōjin Journal, 2020.Peláez Mazariegos, Edgar Santiago. “The global ‘craze’ for Japanese pop culture during the 1980's and 1990's: The influence of anime and manga in Mexico.” Iberoamericana, no. 41. 2019.